ROL DE LA IGLESIA EN LA EDAD MEDIA EN CONTRASTE CON LA ACTUALIDAD EN COLOMBIA.
Básicamente la iglesia en la edad media fue un ente importante para las personas y para el tipo de gobierno que se desarrollaba en aquellas épocas. La iglesia es el ente que dirige el poder mediante los mandatos de dios, ¿pero qué era lo que se desarrollaba realmente en estos años con la iglesia? Podemos decir que la iglesia es la actriz principal de nuestra obra, todo pasaba por la iglesia católica, todo era administrado por el poder papal, ya que podemos llegar a decir que la iglesia era la que tenía el conocimiento, la que para el pueblo era la iluminada. Pero la iglesia era manejada o dirigida por el Papa, otro actor en la época feudal. Ser Papa era más importante que ser señor feudal o rey, la iglesia lo decidía todo, lo apelaba todo, lo limitaba todo y era la inquisidora oficial. Incluso en todas las familias siempre había alguien en la iglesia, no solo por prestigio si no por protección de la misma. Aunque la iglesia medieval era fraudulenta... por supuesto que nadie cumplía el voto de castidad ni pobreza. La iglesia era demasiado importante, tenía un poderío económico enorme... por el diezmo que era un “impuesto, digamos por ser católico” y que, por otra parte, ser católico era obligación así que lo mismo daba. Durante la edad media la iglesia tenía un papel muy importante, era el Estado, lo era todo.
No podemos entender la edad media sin mencionar la iglesia como el eje principal de esta época, la iglesia era la influencia en todos los aspectos de la vida cotidiana. La iglesia era “rica” y “poderosa” La riqueza y el poder de los obispos los convertían con frecuencia en verdaderos señores feudales.
La iglesias cumplía con muchas labores en aquella época, pero solo sabemos algunos aspectos que todo el mundo conoce, fue la iglesia la quien aglutinó al occidente cristiano también ofrecía asilo a los perseguidos y la iglesia apoyaba a la esclavitud , y mantuvo en el obscurantismo a la ciencia torturando quemando y matando a los científicos ,y mantuvo la biblia en latín para que el pueblo no pudiera tener accesos a ella mato y quemo a los que la tradujeron al alemán y al francés llamándolos herejes ...la iglesia se formo así misma con gente avara y ambiciosa que vio en la ignorancia de el pueblo como ganar dinero y territorio, un total retroceso para la sociedad, para la ciencia y para la cultura
La Edad Media se caracteriza por su mentalidad religiosa. Todo gira en torno a la religión y a Dios: el arte, la cultura, la música, la filosofía, las ciencias, las fiestas, los nacimientos, las bodas, etc. Dios aparece en el centro del mundo y de la vida de las personas. La Iglesia influía en todos los ámbitos de la sociedad, imponía normas y leyes y buscaba la buena convivencia de la sociedad.
En la historia de la edad media, encontramos que la iglesia formo parte de la sociedad tanto económica como cultural y social, pero la edad media se caracterizo, pienso yo; por tener un sistema único que fue llamado Feudalismo. ¿Pero que era el feudalismo? A continuación daré un concepto de lo que fue el feudalismo y el papel que jugó en la edad median siendo parte de la sociedad económica dirigida por la iglesia.
En su forma más clásica, el feudalismo asumía que casi toda la tierra pertenecía al príncipe soberano el rey, el duque, el marqués o el conde- que la recibía "de nadie sino de Dios". El príncipe cedía los feudos a sus barones, los cuales le rendían el obligado juramento de homenaje y fidelidad por el que prestaban su ayuda política y militar, según los términos de la cesión. Los nobles podían ceder parte de sus feudos a caballeros que le rindieran, a su vez, homenaje y fidelidad y les sirvieran de acuerdo a la extensión de las tierras concedidas. De este modo si un monarca otorgaba un feudo de doce señoríos a un noble y a cambio exigía el servicio de diez caballeros, el noble podía ceder a su vez diez de los señoríos recibidos a otros tantos caballeros, con lo que podía cumplir la prestación requerida por el rey. Un noble podía conservar la totalidad de sus feudos bajo su dominio personal y mantener a sus caballeros en su señorío, alimentados y armados, todo ello a costa de sufragar las prestaciones debidas a su señor a partir de su propio patrimonio y sin establecer relaciones feudales con inferiores, pero esto era raro que sucediera ya que los caballeros deseaban tener sus propios señoríos. Los caballeros podían adquirir dos o más feudos y eran proclives a ceder, a su vez, parte de esas posesiones en la medida necesaria para obtener el servicio al que estaban obligados con su superior. Mediante este subenfeudamiento se creó una pirámide feudal, con el monarca en la cúspide, unos señores intermedios por debajo y un grupo de caballeros feudales para servir a la convocatoria real.[1]
Todo esto simplemente era posible con el poder que otorgaba la iglesia, por eso es que todo, absolutamente todo era concebido mediante la fe y la dirección de la iglesia. Pero la economía; tema en el cual debemos enfocarnos, era la que demostraba “quien mandaba, pues ya que el sistema económico que se desarrollaba era mediante la fe y el poder que otorga la iglesia; por lo cual ellos tenía el poder sobre los cultivos que en sus tierras descansaban, de ahí pasamos a explicar cómo era que se sostenía un feudo; la agricultura era la base de economía feudal. ¿Pero cómo funcionaba? Eh aquí otro fragmento donde podemos encontrar la relación entre la economía y la religión.
Los campesinos tendían a hacerse sus aperos de labranza. Los musulmanes introdujeron, lentamente, el cultivo del algodón, la caña de azúcar y la seda. Además, no hubo integración de agricultura y ganadería, por lo que los abonos eran escasos y las cosechas exiguas. El ganado era poco y caro, sobre todo el de animales grandes. En España, se reguló la explotación ganadera, ovina principalmente, con la institución de la Mesta, en el año 1273.
En torno a los pueblos se estableció un sistema de explotación de la tierra, muy parecido en todas partes. En los alrededores inmediatos del pueblo se encontraban las huertas de frutas y hortalizas, las mejor regadas y abonadas, que se cultivaban de forma intensiva. Luego se situaban las tierras dedicadas a las leguminosas y los cultivos de regadío, más lejos estaba el cereal de secano, trigo y escanda, más allá los pastos y baldíos, y por último el bosque, que proporcionaba leña y caza.
Las órdenes religiosas tendieron a favorecer la roturación de tierras. En general las explotaban directamente, por medio de campesinos jornaleros. Mientras tanto, los señores feudales tendían a explotar sus tierras de manera indirecta, por medio de: arrendamientos, prestimonios, enfiteusis o foro, rabassa morta, aparcería, etc.
A partir del siglo XIII se comienza a renovar el utillaje, y empieza a utilizarse la mula, en lugar del buey, como animal de tiro.
Los productos básicos fueron los cereales, la vid y las hortalizas, pero también, el aceite, la miel, la sal y la pesca. La sal y las especias eran fundamentales para la conservación de los alimentos. Estas eran las principales mercancías de los mercados.[2]
Ahora bien tomando como referencia la historia entraremos a comparar como funcionaba la economía bajo el poder de la iglesia en la edad media, en los feudos con respecto a la economía actual, globalizada y bajo un sistema de mercado.
Primero que todo tenemos que decir que la situación por la cual atraviesa la economía mundial es una etapa de “desaceleración” o “crisis” de “un crecimiento”, como se prefiera llamarla. El hecho es que ya hay familias trabajadoras que están sufriendo sus efectos negativos.
“¿Tiene la Iglesia una palabra que decir y algo que hacer en esta situación? Aunque a muchos les parezca que no, quienes trabajan en la iglesia creen que sí, porque en el mundo obrero y del trabajo se juegan cosas muy importantes para el reconocimiento de la dignidad de las personas, cuestión fundamental para la Iglesia por fidelidad al Evangelio de Jesucristo. ¿Qué puede, pues, decir y hacer la Iglesia?”[3]
Dos afirmaciones de Juan Pablo II pueden orientarnos. La primera está en el n. 8: lo fundamental en el trabajo es siempre el reconocimiento práctico de la dignidad de las personas; el trabajo no es una cosa, una mercancía, fuerza de trabajo…, es una capacidad del ser humano, en bien de su humanidad, que debe ser tratado siempre como tal. La manera de organizar el trabajo es fundamental para la persona. Cuando se trata al trabajo como una mercancía se daña profundamente al ser humano, generándose injusticia y empobrecimiento. Por eso, la causa de la afirmación práctica de la dignidad de la persona en el trabajo es fundamental para el bien de la persona y de la sociedad. La Iglesia debe estar vivamente comprometida en esta causa.[4]
Según esto, en ese período de gran crecimiento económico, ¿se ha caminado en esa dirección? Se ha caminado en la contraria, configurando un modelo laboral presidido por la flexibilidad, que genera mucha rentabilidad económica, pero con gran precariedad laboral, contratos temporales, gran movilidad horaria, cambios constantes de jornada y de empleo, movilidad funcional y geográfica… Es un modelo que se extiende y afecta cada vez a más trabajadores (ya casi a la mitad de los que tienen empleo) y que padecen especialmente jóvenes, mujeres e inmigrantes. En esa situación, sus derechos laborales suelen ser papel mojado. Esta organización del trabajo significa para muchos vidas precarias, vivir para trabajar en lugar de trabajar para vivir, una profunda desestructuración de la vida personal, social y familiar (es uno de los factores que más desestructura la vida familiar y dificulta ser padres, madres, hijos, abuelos…), malas condiciones de trabajo, riesgos elevados para la salud y la seguridad, falta de libertad, etc., y, en algunos casos, para los menos rentables, riesgo de exclusión social.
[1] HISTORIA MEDIEVAL TOMO II EDITORIAL KAPELUZ.
[2] ENCICLOPEDIA LIBRE EN ESPAÑOL.
[3] FRANCISCO PORCAR REBOLLAR- MILITANTE DE LA HOAC.
[4] LABOREM EXERCENS
No podemos entender la edad media sin mencionar la iglesia como el eje principal de esta época, la iglesia era la influencia en todos los aspectos de la vida cotidiana. La iglesia era “rica” y “poderosa” La riqueza y el poder de los obispos los convertían con frecuencia en verdaderos señores feudales.
La iglesias cumplía con muchas labores en aquella época, pero solo sabemos algunos aspectos que todo el mundo conoce, fue la iglesia la quien aglutinó al occidente cristiano también ofrecía asilo a los perseguidos y la iglesia apoyaba a la esclavitud , y mantuvo en el obscurantismo a la ciencia torturando quemando y matando a los científicos ,y mantuvo la biblia en latín para que el pueblo no pudiera tener accesos a ella mato y quemo a los que la tradujeron al alemán y al francés llamándolos herejes ...la iglesia se formo así misma con gente avara y ambiciosa que vio en la ignorancia de el pueblo como ganar dinero y territorio, un total retroceso para la sociedad, para la ciencia y para la cultura
La Edad Media se caracteriza por su mentalidad religiosa. Todo gira en torno a la religión y a Dios: el arte, la cultura, la música, la filosofía, las ciencias, las fiestas, los nacimientos, las bodas, etc. Dios aparece en el centro del mundo y de la vida de las personas. La Iglesia influía en todos los ámbitos de la sociedad, imponía normas y leyes y buscaba la buena convivencia de la sociedad.
En la historia de la edad media, encontramos que la iglesia formo parte de la sociedad tanto económica como cultural y social, pero la edad media se caracterizo, pienso yo; por tener un sistema único que fue llamado Feudalismo. ¿Pero que era el feudalismo? A continuación daré un concepto de lo que fue el feudalismo y el papel que jugó en la edad median siendo parte de la sociedad económica dirigida por la iglesia.
En su forma más clásica, el feudalismo asumía que casi toda la tierra pertenecía al príncipe soberano el rey, el duque, el marqués o el conde- que la recibía "de nadie sino de Dios". El príncipe cedía los feudos a sus barones, los cuales le rendían el obligado juramento de homenaje y fidelidad por el que prestaban su ayuda política y militar, según los términos de la cesión. Los nobles podían ceder parte de sus feudos a caballeros que le rindieran, a su vez, homenaje y fidelidad y les sirvieran de acuerdo a la extensión de las tierras concedidas. De este modo si un monarca otorgaba un feudo de doce señoríos a un noble y a cambio exigía el servicio de diez caballeros, el noble podía ceder a su vez diez de los señoríos recibidos a otros tantos caballeros, con lo que podía cumplir la prestación requerida por el rey. Un noble podía conservar la totalidad de sus feudos bajo su dominio personal y mantener a sus caballeros en su señorío, alimentados y armados, todo ello a costa de sufragar las prestaciones debidas a su señor a partir de su propio patrimonio y sin establecer relaciones feudales con inferiores, pero esto era raro que sucediera ya que los caballeros deseaban tener sus propios señoríos. Los caballeros podían adquirir dos o más feudos y eran proclives a ceder, a su vez, parte de esas posesiones en la medida necesaria para obtener el servicio al que estaban obligados con su superior. Mediante este subenfeudamiento se creó una pirámide feudal, con el monarca en la cúspide, unos señores intermedios por debajo y un grupo de caballeros feudales para servir a la convocatoria real.[1]
Todo esto simplemente era posible con el poder que otorgaba la iglesia, por eso es que todo, absolutamente todo era concebido mediante la fe y la dirección de la iglesia. Pero la economía; tema en el cual debemos enfocarnos, era la que demostraba “quien mandaba, pues ya que el sistema económico que se desarrollaba era mediante la fe y el poder que otorga la iglesia; por lo cual ellos tenía el poder sobre los cultivos que en sus tierras descansaban, de ahí pasamos a explicar cómo era que se sostenía un feudo; la agricultura era la base de economía feudal. ¿Pero cómo funcionaba? Eh aquí otro fragmento donde podemos encontrar la relación entre la economía y la religión.
Los campesinos tendían a hacerse sus aperos de labranza. Los musulmanes introdujeron, lentamente, el cultivo del algodón, la caña de azúcar y la seda. Además, no hubo integración de agricultura y ganadería, por lo que los abonos eran escasos y las cosechas exiguas. El ganado era poco y caro, sobre todo el de animales grandes. En España, se reguló la explotación ganadera, ovina principalmente, con la institución de la Mesta, en el año 1273.
En torno a los pueblos se estableció un sistema de explotación de la tierra, muy parecido en todas partes. En los alrededores inmediatos del pueblo se encontraban las huertas de frutas y hortalizas, las mejor regadas y abonadas, que se cultivaban de forma intensiva. Luego se situaban las tierras dedicadas a las leguminosas y los cultivos de regadío, más lejos estaba el cereal de secano, trigo y escanda, más allá los pastos y baldíos, y por último el bosque, que proporcionaba leña y caza.
Las órdenes religiosas tendieron a favorecer la roturación de tierras. En general las explotaban directamente, por medio de campesinos jornaleros. Mientras tanto, los señores feudales tendían a explotar sus tierras de manera indirecta, por medio de: arrendamientos, prestimonios, enfiteusis o foro, rabassa morta, aparcería, etc.
A partir del siglo XIII se comienza a renovar el utillaje, y empieza a utilizarse la mula, en lugar del buey, como animal de tiro.
Los productos básicos fueron los cereales, la vid y las hortalizas, pero también, el aceite, la miel, la sal y la pesca. La sal y las especias eran fundamentales para la conservación de los alimentos. Estas eran las principales mercancías de los mercados.[2]
Ahora bien tomando como referencia la historia entraremos a comparar como funcionaba la economía bajo el poder de la iglesia en la edad media, en los feudos con respecto a la economía actual, globalizada y bajo un sistema de mercado.
Primero que todo tenemos que decir que la situación por la cual atraviesa la economía mundial es una etapa de “desaceleración” o “crisis” de “un crecimiento”, como se prefiera llamarla. El hecho es que ya hay familias trabajadoras que están sufriendo sus efectos negativos.
“¿Tiene la Iglesia una palabra que decir y algo que hacer en esta situación? Aunque a muchos les parezca que no, quienes trabajan en la iglesia creen que sí, porque en el mundo obrero y del trabajo se juegan cosas muy importantes para el reconocimiento de la dignidad de las personas, cuestión fundamental para la Iglesia por fidelidad al Evangelio de Jesucristo. ¿Qué puede, pues, decir y hacer la Iglesia?”[3]
Dos afirmaciones de Juan Pablo II pueden orientarnos. La primera está en el n. 8: lo fundamental en el trabajo es siempre el reconocimiento práctico de la dignidad de las personas; el trabajo no es una cosa, una mercancía, fuerza de trabajo…, es una capacidad del ser humano, en bien de su humanidad, que debe ser tratado siempre como tal. La manera de organizar el trabajo es fundamental para la persona. Cuando se trata al trabajo como una mercancía se daña profundamente al ser humano, generándose injusticia y empobrecimiento. Por eso, la causa de la afirmación práctica de la dignidad de la persona en el trabajo es fundamental para el bien de la persona y de la sociedad. La Iglesia debe estar vivamente comprometida en esta causa.[4]
Según esto, en ese período de gran crecimiento económico, ¿se ha caminado en esa dirección? Se ha caminado en la contraria, configurando un modelo laboral presidido por la flexibilidad, que genera mucha rentabilidad económica, pero con gran precariedad laboral, contratos temporales, gran movilidad horaria, cambios constantes de jornada y de empleo, movilidad funcional y geográfica… Es un modelo que se extiende y afecta cada vez a más trabajadores (ya casi a la mitad de los que tienen empleo) y que padecen especialmente jóvenes, mujeres e inmigrantes. En esa situación, sus derechos laborales suelen ser papel mojado. Esta organización del trabajo significa para muchos vidas precarias, vivir para trabajar en lugar de trabajar para vivir, una profunda desestructuración de la vida personal, social y familiar (es uno de los factores que más desestructura la vida familiar y dificulta ser padres, madres, hijos, abuelos…), malas condiciones de trabajo, riesgos elevados para la salud y la seguridad, falta de libertad, etc., y, en algunos casos, para los menos rentables, riesgo de exclusión social.
[1] HISTORIA MEDIEVAL TOMO II EDITORIAL KAPELUZ.
[2] ENCICLOPEDIA LIBRE EN ESPAÑOL.
[3] FRANCISCO PORCAR REBOLLAR- MILITANTE DE LA HOAC.
[4] LABOREM EXERCENS